Son los ecos y tus plazas
tus torres y tus fuegos
los que te trastornan
¿cuántas veces te consideraron puta?
entonces extendiste los brazos
y cerraste las compuertas de tus muslos
orinabas sangre y peces
después de la patada
¿quién orina viento?
saliste a la calle e instalaste tus carteles
después vinieron los abismos
y el aroma de tu cálido himen
se perfilaba hacia nuevos litorales
caías desmayada en cualquier penumbra
ante el ataque de tus delicados monstruos
mientras tus ojos saturados
de cosas inasibles
temblaban de rabia y de impotencia
los cielos estallaban en sepulcros
intercambiaste relámpagos con dios
ese gran impostor
mientras las blasfemias
y el límite de tus postreros ardores
reanimaban los turbios océanos
y a los eternos vaivenes
¡el gran regocijo del alma y sus infiernos!
tenebrosa cósmica eterna
descubrías poco a poco los vértices
y sus gélidas dunas
entonces otra vez tus ecos y tus plazas
tus torres y tus fuegos
la fuerza inexorable de tus pechos
tus músculos y piedras
el llanto con tus mocos
el leve temor
el grito agudo de tus huesos
hasta que enredaste tu cuello con la soga
y escupiste para siempre tus angustias.
Leave a Reply